Entradas Música clásica vocal

La ópera es una de las más grandes expresiones artísticas que existen, pues combina diversas disciplinas como el canto, la música, la puesta en escena y la interpretación. Para los espectadores, asistir a una de ellas supone experimentar un cúmulo de sensaciones únicas, envolventes, enormemente sugerentes.

Sentimientos a flor de piel

La primera vez que se asiste a la ópera, las personas son conscientes de que nunca antes han experimentado nada parecido. Se trata de un espectáculo total, que aúna diversas manifestaciones artísticas y que se dirige, directamente, a la afectividad de los espectadores. A través de la música, las voces, las interpretaciones de los protagonistas y la escenografía, sus autores transmiten sentimientos incomparables que emocionan, epatan y alimentan la sensibilidad de los presentes. Las entradas para artistas ópera permiten disfrutar, gratamente, de ese festival de sensaciones que elevan el espíritu y conectan directamente con lo más emocional del ser humano. En una situación total de desconexión, desde el palco o la grada los asistentes a una buena representación de ópera se sumergen en un estado absoluto de intimidad.

Numerosos expertos han estudiado los efectos beneficiosos que ofrece escuchar y ver ópera y, desde luego, el principal es la relajación que produce en los espectadores, de la que se deriva indirectamente una mayor capacidad de concentración en el día a día. ¡Incluso se han identificado beneficios específicos para la salud, entre ellos una mejor aceptación y recuperación para los transplantados de órganos!

Curiosidades sobre la ópera

Los amantes de la ópera saben diferenciar, perfectamente, sus distintas partes. Básicamente, se conoce como obertura a la parte inicial, que es instrumental, breve e introductoria al espectáculo. Comienza con el telón bajado y, en un momento dado, este se abre para sorprender a los presentes con el escenario. Se conocen como recitativos a las partes interpretadas por solistas, en las cuales se desarrolla la acción. El texto se pronuncia sin adornos, casi declamado, y puede plantearse como seccos (acompañados únicamente de bajo continuo) o acompagnatos (con la orquesta de fondo). Las arias, sin duda, constituyen los momentos culminantes de la representación: los solistas, en ellas, expresan sus sentimientos por medio de la voz, conquistando casi siempre al auditorio. Los coros, fragmentos en los que cantan numerosos personajes combinados, y los interludios o ritornellos, que son transiciones instrumentales en el espectáculo, completan esta clasificación básica de las partes de una ópera.

Muchas son las obras más que recomendables para adquirir entradas de artistas ópera, entre ellas La flauta mágica de Mozart, La Traviata de Verdi, Carmen de Bizet, El barbero de Sevilla de Rossini, Turandot y Madame Butterfly, ambas de Puccini. Asistir a estas representaciones, desde luego, se convierte en un momento inolvidable que, posiblemente, llevará a amar este género musical de por vida.