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Asistir a un espectáculo deportivo de ciclismo resulta siempre una experiencia completa, agradable y muy recomendable. Las pruebas celebradas en velódromos concentran máxima emoción, dinamismo e intensidad, por lo que se convierten en una vivencia única que los asistentes disfrutan al máximo desde el primero hasta el último golpe de pedal.

Las ventajas del ciclismo en pista

Cuando se trata de conseguir entradas de ciclismo, los velódromos constituyen el objeto principal de este propósito. El ciclismo en carretera se puede presenciar también en vivo, viajando hasta lugares específicos de cada etapa, o hasta la meta, e introduciéndose en ese ambiente tan especial que estas pruebas transmiten. Sin embargo, esta experiencia es necesariamente parcial, no puede ser de otra manera, porque ningún aficionado puede seguir toda la carretera en vivo. Para ello debería acompañar a los ciclistas lo cual es, lógicamente, imposible. Esto no ocurre en el ciclismo de pista: los asistentes al velódromo disfrutan íntegramente de cada prueba. Ven la salida, disfrutan con el desarrollo y se emocionan con el desenlace prueba tras prueba.

Junto a los torneos locales y nacionales, las principales competiciones internacionales que se celebran actualmente, y cuyas entradas de ciclismo siempre se agotan, son los Juegos Olímpicos, los Mundiales y la Copa del Mundo. El ciclismo es disciplina olímpica desde los juegos de Atenas, en 1896, cuando se celebraron cinco pruebas: velocidad, sprint, 10 000 metros, una prueba de ruta de 87 kilómetros y otra de 12 horas en pista. En cuanto a los mundiales, se vienen celebrando desde 1893.

Principales pruebas del ciclismo en velódromo

Una de las peculiaridades del ciclismo en pista cubierta es la enorme variedad de su programación. Como espectáculo deportivo, los poseedores de entradas de ciclismo en velódromos presencian un evento muy variado, dinámico, que alterna distintas modalidades de competición y posee un ritmo explosivo, muy entretenido, a toda la velada. Así, las pruebas de velocidad —individual o por equipos— se combinan con la extenuante contrarreloj de un kilómetro, que exige a los ciclistas a vaciarse sobre el sillín durante 1000 metros ininterrumpidos —en el caso de los hombres— o 500 —en el de las mujeres—. Entre las pruebas más espectaculares se encuentran las de persecución, que también se realizan en versión individual y por equipos. Saliendo desde las contrametas, estas carreras terminan cuando uno de los contendientes alcanza a su contrario o, en su defecto, al agotarse la distancia total, en cuyo caso el ganador es el más rápido. La ómnium, la eliminación, las carreras Madison o el keirin constituyen otras exhibiciones ciclistas muy bien acogidas por los espectadores. Sea cual sea el programa de la competición, lo cierto es que a los asistentes no les queda tiempo de aburrirse en estos eventos deportivos, ideales para iniciarse en la afición por esta disciplina que exige inteligencia, disciplina, fuerza, piernas... y gran poder mental.